Humberto aún no terminaba de estudiar Administración de Empresas cuando, como él mismo dice, “lo metieron” a trabajar en la compañía de seguros que lideraba su padre en Saltillo, Coahuila. Tenía entonces 20 años y debió continuar su formación profesional en el horario vespertino, estudiando y trabajando en forma paralela. Estuvo prácticamente 20 años más al lado de su padre, quien falleció hace 5. Y hoy, esta trayectoria está rindiendo frutos: como segunda generación a cargo de la oficina, ha liderado un proceso de expansión que ha permitido que su firma también tenga ahora presencia en la ciudad de Torreón.
“Me ha ido bien porque nunca he hecho otra cosa”, dice Humberto con un toque de humildad. “Me gustan los seguros porque ayudas mucho a las personas; estás ahí para salvaguardar su patrimonio, su salud. Es una labor que contribuye a la sociedad de manera importante”.
Humberto reconoce que la manera de trabajar de su padre marcó a fuego su propia gestión dentro de la firma. “Él era una persona muy popular, muy abierta. La gente lo quería mucho y eso le ayudó a abrir muchas puertas. Con él aprendí a buscar el beneficio del cliente, antes que lo que le conviene a uno mismo”.
El foco de la firma está en las empresas del sector, ligadas principalmente con el área automotriz: en la zona están ubicadas las plantas de General Motors y Chrysler. Con ellas trabajan en “buscar negocios que puedan perdurar en el tiempo”, convencidos de que “cada renovación es una venta nueva”.
Humberto reconoce que la pandemia los tomó por sorpresa y que no estaban preparados para el trabajo remoto. Sin embargo, las fortalezas de su gestión lo ayudaron a seguir creciendo pese a las dificultades y desafíos que trajo la crisis sanitaria. Entre ellas, destaca: