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El nuevo puerto se desarrollará en fases, de acuerdo a los aumentos en los niveles de demanda. La nueva infraestructura considera una inversión total de 3.300 millones de dólares, que triplicará la capacidad de almacenaje del actual puerto de aquí a 2037, llegando a 6 millones de TEUS (unidad de medida de carga marítima).

La actividad portuaria chilena vive uno de sus momentos más importantes tras el anuncio del gobierno de que el esperado Puerto de Gran Escala (PGE) será construido en la ciudad de San Antonio. Este anuncio marca un precedente en la transferencia de carga en Chile.

“Con la expansión de capacidad del puerto no solo se podrán mover más unidades, sino que además en un menor tiempo, provocando un impacto significativo en materia de costos de operación y eficiencia logística” dice Diego Maira, gerente de Marine de Chubb en Chile, aseguradora líder a nivel nacional en la línea de Transportes.

Si bien se espera que recién en 2037 el nuevo proyecto entre en funcionamiento a total capacidad, la confirmación de su construcción ya supone un desafío para la industria aseguradora que deberá adaptarse a este salto exponencial. “Aumentará la complejidad logística, lo que será un desafío en términos de entregar un servicio acorde a dicha vanguardia”, explica Maira.

“Desafíos que no sólo se enmarcarán en fortalecer una presencia in situ y un trabajo a la medida de las necesidades de cada una de las compañías navieras, agentes de aduana y forwarders, sino que también en materia de tecnología, flexibilidad, calidad de servicio, rapidez y capacidad de respuesta en los seguros de contenedores”, agrega.

Las claves para la eficiencia en seguros

Este proyecto no solo aumentará la capacidad en términos de transferencia de unidades de contenedores (carga), sino que también implicará cambios significativos en materia de conectividad trayendo consigo modernidad y desarrollo para la ciudad. Incluye un acceso vial de cuatro pistas, un nuevo trazado ferroviario hasta la estación de Llolleo, dos frentes de atraque que permitirá atender hasta 8 naves de Clase E (Mega barcos de 397 metros de eslora) en forma simultánea, zonas de navegación interior protegidas por rompeolas, lo que permitirá la entrada y salida de mega buques aun en condiciones climáticas adversas, entre otros.

“Será una renovada puerta de entrada comercial tanto para la distribución en Chile, como para el resto de los países del Cono Sur, un mercado donde el puerto peruano de Callao ha ganado mucho terreno en los últimos años”, agrega Maira.

Todo esto obligará a hacer mucho más eficiente y flexibles los procesos de contratación y emisión del seguro de contenedores. El desafío entonces para la industria aseguradora será alcanzar rápidamente una eficiencia operativa que sea atractiva para los asegurados y sus clientes.

Cada contenedor debe contar con un seguro para poder salir del puerto. Es parte de la documentación exigida por las navieras, porque un contenedor es un activo con dos elementos claves que resguardar: cuánto tiempo demora en liberarse y volver a ser cargado y en qué estado es devuelto (daños físicos). Sin estos, la naviera pierde capacidad de ofrecer ese contenedor para una nueva carga, de ahí la importancia de asegurarlo.

Chubb tiene presencia física en los mismos puertos, a través de corredores especializados. “Cualquier inconveniente en este proceso implica demoras y multas significativas, por eso es clave la rapidez en el servicio que se presta en el mismo puerto”, añade Maira.

Sin duda el nuevo puerto traerá consigo nuevas exigencias en una industria altamente competitiva en la cual Chubb ya se encuentra trabajando para seguir siendo líder de la misma.

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