Unir la experiencia, confiabilidad y contactos de las generaciones mayores con las ideas y energía de los jóvenes ha sido clave para el éxito de esta firma con oficinas en Río de Janeiro y Sao Paulo.
La carrera de Ricardo Levy en el mundo de los seguros comenzó hace más de 30 años en Río de Janeiro. Había estudiado economía y un tío suyo, quien entonces era vicepresidente de una compañía del rubro, le sugirió que trabajara como agente. “Me dijo que era un trabajo que te permitía conocer a muchas personas interesantes y que, si eras estable y confiable, podías tener mucho éxito”, recuerda.
Así, luego de trabajar por apenas un año en una empresa del mundo financiero, se lanzó con su propia corredora de seguros. Haciéndole caso a su tío, se enfocó en ofrecer confiabilidad como su principal activo. “Es algo esencial. Siempre tienes que hacer lo correcto, más que preocuparte del dinero”, explica.
Levy asegura que esta visión tiene que ver con los valores que forman parte de su comunidad judía, “donde lo más importante es el nombre que te haces, el dinero y el éxito vienen después”. Es parte de lo que intenta transmitir a través de la labor de voluntariado que hace para la ONG Hillel Río, donde trabajan con jóvenes, con foco en los más vulnerables, para impulsar liderazgos en las futuras generaciones. “Yo tengo muchos negocios que atender, mucho trabajo, pero siempre queda tiempo para ayudar a otros”, dice al respecto.
Al comienzo, la firma de Levy trabaja mayoritariamente con seguros para personas, de salud y vida. Con el tiempo, fue abriéndose a lo corporativo, en esa misma categoría. Hoy, el 70% de su cartera lo conforman cerca de 400 empresas del segmento medio-alto, en los rubros como el retail, la construcción y un área especialmente fuerte en el contexto de Río de Janeiro: los seguros marinos y la fabricación de embarcaciones.
En este proceso y hasta el día de hoy, Levy considera a Chubb como su agencia número uno. “Siempre que tenemos un negocio grande por concretar, es la primera aseguradora con la que hablamos”, asegura. ¿Sus razones? Una historia de confianza y seguridad, en primer lugar. “Hace mucho que trabajamos con Chubb y confiamos en su gente y en el modo de pensar de la compañía, que combina apertura mental y experiencia. Siempre puedes tener la seguridad de que Chubb responderá ante los reclamos, porque se preocupa de sus asegurados y no sólo de ganar dinero. Además, su respaldo financiero da mucha tranquilidad. Para Chubb no existen los grandes reclamos, pagan grandes montos si es lo que corresponde”.
Para 2016, Levy sentía ya la satisfacción de haber logrado levantar una compañía sólida y grande. Pero, luego de los Juegos Olímpicos de Río, los empleados más jóvenes de la compañía plantearon la necesidad de crecer aún más, instalando una oficina en Sao Paulo. “Ya éramos grandes, pero siempre hay que avanzar, y las nuevas generaciones te dan esa energía. En sólo 6 años, la oficina de Sao Paulo llegó a alcanzar el 40% de nuestra facturación”, dice con orgullo.
“Siempre que tenemos un negocio grande por concretar, Chubb es la primera aseguradora con la que hablamos”
La firma, que actualmente cuenta con 70 colaboradores, da a los jóvenes la opción de ser socios, lo cual, según Ricardo, ha sido clave para incentivar la pasión por el negocio. “Ellos impulsaron nuestro crecimiento hacia lo corporativo, primero, y después la expansión a Sao Paulo. Ha sido una excelente política para nuestra firma, porque las generaciones más jóvenes, que están entre los 30 y los 40 años, están llenas de ideas. Ellos aportan esa energía de cambio y los más viejos, nuestra experiencia, confiabilidad y contactos”.
Entre sus consejos para crecer sin límites en el negocio de los seguros, destaca: