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Cada vez más personas se dan cuenta de la importancia de contar con un seguro que los proteja ante distintas eventualidades. Esto es algo positivo para el desarrollo de la población: una sociedad protegida es una sociedad fuerte.

Gracias a la oferta y a la creciente información disponible, cada vez más personas deciden asegurar sus casas y autos o adquirir una póliza de salud o de vida. Sin embargo, queda un asunto pendiente por resolver: ¿cómo leer las pólizas de seguros que contratamos? O, mejor aún, ¿cómo leerlas antes de adquirirlas?

Sabemos lo importante que es entender los aspectos más relevantes de los seguros, como estos:

Póliza de seguro:
Es lo que entendemos comúnmente como un “seguro”. Se trata del contrato que adquiere un usuario con una compañía, mediante el cual una persona o un bien quedan cubiertos ante determinados incidentes. Por ejemplo, un seguro de auto de cobertura integral aborda la responsabilidad civil, los daños por accidente, el robo del vehículo e incluso ofrece un auto de relevo, entre otras cosas. Las coberturas y exclusiones detalladas en la póliza las puede explicar claramente el agente de seguros.

Carátula de póliza:
Documento contractual que específica los datos, el número de póliza, el plan contratado, las sumas aseguradas y la vigencia de la póliza, entre otros datos. Es muy importante que se guarde este documento y que se tenga a la mano, porque facilita cualquier denuncia o proceso que se quiera realizar con la aseguradora.

Prima:
Cada mes o cada año se debe pagar una cantidad para estar asegurado. A esto se le llama prima. Muchas personas prefieren pagar la prima de manera anual, porque el costo puede ser menor. Otros eligen repartir ese monto en varios meses, para una mayor comodidad en los pagos.

Suma asegurada:
Es la cantidad máxima de dinero que se contempla para costear los incidentes cubiertos por la póliza. Si, por ejemplo, se tiene un seguro de enfermedades o accidentes, lo máximo que el seguro cubrirá es la suma asegurada, que se indica en la carátula de la póliza. Ésta puede variar según las necesidades y deseos del cliente, pero lo mejor es asesorarse antes de tomar una decisión. Mientras mayor sea la suma asegurada, mayor será la prima que se deberá pagar.

Deducible:
Es una cantidad de dinero que el asegurado deberá aportar en cada evento, para que el seguro cubra lo acordado. Por ejemplo, si se tiene asegurado un auto, en caso de robo el deducible es del 5% de su valor; la aseguradora cubrirá el resto. Algunas pólizas no tienen deducible. Un deducible mayor hará que baje el costo de la prima.

Coaseguro:
Según el tipo de póliza que se tenga, en algunos casos se debe aportar un monto por coaseguro, que corresponde a un porcentaje del total de los gastos generados por un evento. Por ejemplo, si tiene un seguro médico y se necesita hospitalización, una parte del costo será cubierta por el asegurado y el resto, por la compañía. El porcentaje de coaseguro suele ser bajo.
El coaseguro se diferencia del deducible en que depende de los gastos generados por un siniestro o incidente, es decir, puede variar de un evento a otro, mientras que el deducible es un monto estable.

Estas breves explicaciones permiten entender mejor qué es lo que se adquiere al contratar un seguro nuevo, y también cómo leer las especificaciones de los que ya se tienen. Como sea, siempre es recomendable acercarse a un agente profesional, que conoce mejor que nadie los productos y puede ayudar a elegir el más adecuado.