Por Tom Hayden, VP de Product & Risk Manager de A&H & Life para Chubb América Latina

Desde la segunda mitad del siglo XX, ha habido cambios significativos en la composición etaria de la población latinoamericana. Este fenómeno probablemente seguirá durante la primera mitad del siglo XXI. Según cifras de la CEPAL, se proyecta que el número de personas mayores en la región se duplique para el año 2030, donde el grupo de más de 60 años abarcará el 16,7% de la población.

Debido a la diversidad de países dentro de América Latina, el efecto del envejecimiento afectará a algunos más rápidamente que a otros. Sin embargo, en todos habrá un rápido crecimiento tanto en el porcentaje como en el número absoluto de personas mayores. Esta transformación creará un conjunto de necesidades a nivel familiar y de Estado que invariablemente contribuirán a crear un mercado para productos de seguros diseñados especialmente para la protección de estas necesidades, así como para ayudar a sus cuidadores (familiares) para mantener un estándar de calidad de vida.

Por ejemplo, existe una creciente necesidad de contar en el hogar con cuidados dedicados a adultos mayores, servicio que tiene un alto costo y riesgo, al considerar que muchas veces la vida de nuestros seres queridos queda en manos de un tercero que no pertenece al núcleo familiar. Desde bañarse a comer, actividades de la rutina diaria pueden ser un gran desafío y es aquí donde un producto de seguros destinado a personas mayores de 60 años puede marcar la diferencia en el bienestar del hogar. Más aún, la amplitud de la cobertura debería ir más allá de considerar la presencia de un cuidador, sino que también debería abarcar las posibles remodelaciones que se deben hacer en la casa de la persona mayor para adaptarla a sus necesidades, ofreciendo asistencia profesional en estos casos.

Por otra parte, como compañías aseguradoras es importante contar con un seguro de salud “senior” que responda realmente a los requerimientos de sus clientes. Por ejemplo, debe tener un fácil proceso de contratación y tener la capacidad de acomodarse a enfermedades específicas que afecten al usuario, desde patologías crónicas al corazón a degenerativos, otorgando la atención necesaria en cada caso particular.

Estos ejemplos son solo algunos de los muchos tipos de soluciones de seguros que se implementarán para abordar la protección que las personas mayores enfrentarán en el futuro cercano. Estos productos de seguros se convertirán en el estándar del mercado y los exitosos serán aquellos que se ajusten a las necesidades de las personas mayores con productos asequibles, técnicamente sólidos y de valor agregado.